En un primer momento nos centramos en ¿qué queríamos
contar? ¿Cuál era la idea a transmitir?
Los chicos ya tenían las historias escritas en el taller
anterior y habían trabajado identificando en ellas los núcleos narrativos,
entonces podíamos pasar al storyboard, una secuencia de imágenes dibujadas que
ilustraran los eventos más importantes de nuestra animación.
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